
Belén Rueda está de completa actualidad, se acaba de estrenar en AtresPlayer su nueva serie «Eva & Nicole» y en los cines la vemos en Caída Libre, dirigida por Laura Jou (Abuela de Verano, No me quites).
Caída Libre está producida por J.A. Bayona tras estar encerrada en un cajón durante 9 años, de hecho en declaraciones a HobbyConsolas.com, Jou, la directora del film, dice que «El guion ha dado muchas vueltas, la financiación ha sido difícil y que la gimnasia rítmica no estuvo siempre presente. Primero el personaje de Marisol era Bibliotecaria y después pasó a ser Wedding Planner».
Belén Rueda se pone en la piel de Marisol, una exigente entrenadora de Gimnasia rítmica obsesionada por qué sus gimnastas ganen el campeonato del mundo.
La vida de Marisol se tambalea cuando descubre que su marido tiene una doble vida, intentará volver a conquistarlo y hacer como que nada está pasando, pero al no conseguirlo sus frustraciones pasarán al tatami donde sus alumnas (en especial Angelica) sufrirán las consecuencias.
El personaje de Angelica, está interpretado por Mariia Netavrovana, una refugiada de Ucrania y gimnasta en la vida real, perteneciente al Centro de Alto Rendimiento de Cataluña.
Ilay Kurelovic, Irene Escolar, Manuela Vellés y Brays Efe terminan de conformar el casting de Caída Libre ya disponible en cines.
Os dejamos con el tráiler y la crítica.
La crítica. 6/10
Belén Rueda está magnífica en un papel de ex gimnasta, ahora convertida en una profesora dura, disciplinada y obsesionada con ganar.
La perfección está en el tatami, pero también en su vida, su casa, su marido. Marisol no se permite improvisar, ni que nada se escape a su control.
Así que desde el principio vemos a una mujer que tiene que aprender a convivir con la imperfección al darse cuenta cómo su vida perfecta y diseñada al milímetro se desvanece ante sus ojos y sin que ella pueda evitarlo.
Usar el mágico y duro mundo de la gimnasia rítmica es todo un acierto por parte de Laura Jou, pero la película y su historia no terminan de despegar. Caída Libre, merecía otro final más impactante, más duro y Laura tenía la historia, la causalidad y a una brillante Belén Rueda para haber dado a esta historia un giro de guion que convenciera al espectador.
Cuando Marisol ya lo ha perdido todo, ¿Qué más tiene que perder? Ahí estaba la excusa para que el personaje de Belén hubiese brotado del todo y haberla llevado al extremo que, hasta en un par de ocasiones, vemos como casi llega, pero nos quedamos con las ganas.
Marisol merecería otro final y no quedarse llorando en la barra de un bar, sola y aceptando la mujer que de verdad es.