
La edición pasada del festival será recordada como una de las más oscuras de Eurovisión desde su nacimiento en 1956.
No es secreto para nadie, que la guerra en Israel ensucio y enturbió la pasada edición del festival, a lo que tenemos que sumar la guerra de Rusia y Ucrania, la victoria de Ucrania en 2022, la eliminación de Rusia y no la de Israel.
Todo eclosionó el pasado año en Malmö, pero desde hace un par de ediciones se vienen arrastrando problemas para el festival, sus organizadores y los países que participan en el popular concurso y por eso han comenzado los cambios para poner un punto de inflexión en esta oscura etapa, con la que se busca un Eurovisión más neutral y apolítico.
El primero de estos cambios ha sido el nombramiento de Martin Green como nuevo director de Eurovisión con el que se busca impulsar la marca del festival y quitar funciones y poder al hasta ahora intocable Martin Österdahl, que ocupa el cargo de Supervisor Ejecutivo de Eurovisión desde enero de 2020 y hasta este momento era la máxima figura en el organigrama eurovisivo.
Martin Green ocupará este puesto de nueva creación después de haber sido productor de la ceremonia olímpica de Londres 2012 y la edición de Eurovisión 2023 en Liverpool. Jean Philip De Tender, director de Medios y director general adjunto de la UER ha declarado que; “La experiencia de Martin, su pensamiento estratégico y su energía creativa serán de gran valor para el festival a medida que nos preparamos para el festival de 2025 y evolucionamos hacia el futuro“.
Sobre el nuevo puesto de Director de Eurovisión Tender declara que; “La creación de este puesto directivo refleja cómo estamos aprovechando la historia y las fortalezas de una plataforma única como Eurovisión, que celebra el poder de la música para unir a la gente“.
Otro de los cambios que implantará el grupo de referencia del Festival de Eurovisión es la creación de un ‘Espacio Seguro’, para que todos los países participantes cuenten con una burbuja donde descansar y que estará libre de cámaras, donde los representantes de cada país no sientan la presión constante. Esto viene a consecuencia del altercado protagonizado entre Joost Klein y un cámara de la organización del festival, que tuvo como fatal consecuencia la descalificación de Países Bajos de Eurovisión 2024.
Baken Walden, presidente del Grupo de Referencia del Festival de Eurovisión ha comunicado también que no ve necesario crear un ‘código de conducta’, pero solicitará a las diferentes delegaciones y sus representantes que se mantengan al margen y se guarden sus opiniones personales sobre los conflictos bélicos, manteniendo un perfil neutral y apolítico tanto durante los tres minutos en el escenario como en todo el contexto del festival, para evitar así conflictos y favorecer un trato justo entre delegaciones y mostrar respeto a un festival que se creó para unir a los países a través de la música.
Walden ha sentenciado sus declaraciones diciendo que: “No podemos resolver las guerras y conflictos que hay en el mundo durante Eurovisión“.
Eurovisión 2025 se celebrará en Basilea (Suiza) los días 13, 15 y 17 de mayo, tras la victoria de Nemo con The Code el año pasado en Suecia. ¿Logrará centrarse en la música y unir a todas las naciones?, ¿O seguirá todo enturbiado por los diferentes conflictos bélicos y por las opiniones que cada uno de los participantes en el festival quieran manifestar?