
Belén Aguilera está de vuelta y no ha venido a jugar. Su nuevo álbum, ‘Anela’, se presenta como un universo propio donde lo onírico, lo íntimo y lo teatral conviven en un mismo espacio.
La artista catalana ha decidido abrirnos su mundo interior, mostrar sus luces y sus sombras, y lo ha hecho con un disco que se siente como un viaje emocional que rompe con todo.
Este trabajo no es solo música: es concepto, es atmósfera, es riesgo. Belén ha compuesto y arreglado todas las canciones, lo que le da a ‘Anela’ una coherencia interna que engancha desde la primera escucha. No hay colaboraciones externas, porque lo que quería era que se escuchara su voz, su historia, sin filtros ni interferencias. Es un disco personal, visceral y, a la vez, universal.
En ‘Anela’ encontramos contrastes constantes: lo electrónico se mezcla con lo orgánico, los sintetizadores conviven con arreglos de cuerdas, los momentos íntimos se intercalan con explosiones de energía. Belén juega con el pop, el barroco, lo experimental, y lo transforma todo en un relato que se siente sincero y poderoso.
Más allá de las canciones, el álbum también es un proyecto visual y estético. Sus presentaciones en directo, con atmósferas teatrales y una escenografía hipnótica, refuerzan la idea de que estamos ante una obra 360º. No es solo un disco que se escucha, es un mundo que se vive.
La evolución de Belén Aguilera es evidente. En ‘Anela’ se desprende de lo seguro y lo cómodo para abrazar lo arriesgado, lo inesperado y lo profundamente personal. Ha sabido transformar la vulnerabilidad en fuerza y lo íntimo en un manifiesto artístico.
Los fans ya tenemos marcadas dos fechas clave: el 12 de octubre en el Movistar Arena de Madrid y el 8 de noviembre en el Sant Jordi Club de Barcelona, donde presentará ‘Anela’ en directo. Dos citas que prometen ser catárticas y que consolidan este lanzamiento como uno de los más importantes de su carrera.
Belén Aguilera ha conseguido con ‘Anela’ crear un espacio propio, una Arcadia imaginaria, aunque no exista en la realidad. Y en ese universo suyo nos invita a entrar, a reconocernos, a sentir. Porque ‘Anela’ no solo se escucha, Anela se habita.
¿Ya lo has escuchado? Cuéntame, ¿qué parte de este viaje es la que más te toca el corazón?