Colin Farrel protagoniza ‘Maldita suerte’, apuestas, fantasmas y redención en el nuevo thriller de Netflix.
Colin Farrell se pone la chaqueta del jugador desesperado en ‘Maldita suerte’, el último estreno de Netflix que ya puedes ver en la plataforma. Este thriller elegante, con toques de noir moderno, nos transporta a los casinos de Macao, un escenario tan fascinante como peligroso donde las luces de neón no logran disimular la oscuridad interior de sus personajes.
Farrell en estado puro, rodeado de un elenco de lujo
En esta historia basada en la novela ‘Ballad of a Small Player’, Farrell interpreta a Clay, un exbanquero británico en plena huida, reconvertido en jugador de altos vuelos que se refugia en el caos del juego. El actor irlandés vuelve a demostrar su capacidad para encarnar personajes atormentados, y aquí lo hace con una mezcla perfecta de contención y vulnerabilidad. Lo suyo no es sobreactuar: es sufrir en silencio, mientras se desliza hacia el abismo.
Le acompaña una magnética Fala Chen, a quien conocimos por su papel en Shang-Chi. En ‘Maldita suerte’ interpreta a Dao Ming, una mujer con un aura enigmática que aparece como un salvavidas… o tal vez como otro tipo de trampa. Su presencia es sutil pero poderosa, y su historia se entrelaza con la del protagonista en un juego de espejos lleno de ambigüedades.
En el reparto también encontramos a la siempre fascinante Tilda Swinton, que da vida a Cynthia Blithe, una figura implacable del pasado de Clay, decidida a ajustar cuentas. Su frialdad, su forma de mirar, su presencia amenazante… todo en ella es una amenaza velada. Y para los que disfrutamos del cine asiático, es un regalo ver a Deanie Ip, la legendaria actriz de Hong Kong, en un papel breve pero lleno de dignidad y sabiduría.
Macao: el escenario perfecto para la decadencia
Rodada íntegramente en Macao y algunas zonas de Tailandia, la película saca todo el partido posible a su localización. No es solo el lujo de los casinos, es el contraste entre la opulencia y la miseria, entre la máscara y lo que hay detrás. Calles mojadas, habitaciones de hotel sin alma, templos budistas, barcos que cruzan silenciosos… Todo contribuye a una sensación de extravío y desarraigo que encaja perfectamente con la historia de Clay.
Lo visual es clave: cada plano está cuidado con mimo. Hay secuencias enteras sin apenas diálogo, donde todo se cuenta con miradas, silencios y movimientos lentos. Es cine contemplativo, sí, pero no vacío: cada imagen pesa.
Curiosidades de producción
- El director Edward Berger, responsable de ‘Sin novedad en el frente’, se obsesionó con trasladar la historia al sudeste asiático porque, según dijo en entrevistas, “quería una ciudad que fuese a la vez laberinto, espejismo y cárcel”.
- Colin Farrell vivió varios meses en Macao antes del rodaje para empaparse del entorno y poder captar mejor el aislamiento de su personaje.
- Fala Chen participó en el diseño del vestuario de su personaje para reflejar la dualidad entre tradición y modernidad, algo que se ve en cada aparición suya.
- El rodaje fue extremadamente nocturno: casi el 80% de las escenas se filmaron de noche para reforzar esa atmósfera onírica y algo fantasmal que envuelve la historia.
- La banda sonora mezcla jazz ambiental, sonidos electrónicos y piezas clásicas chinas reinterpretadas, logrando una textura sonora tan particular como hipnótica.
Una apuesta arriesgada… que merece la pena
‘Maldita suerte’ no es una película para ver con el móvil en la mano. Requiere atención, paciencia y ganas de dejarte arrastrar por una historia donde el azar es solo la excusa para hablar de soledad, huida y redención. No todos se atreverán con su ritmo pausado, pero quienes lo hagan encontrarán una obra envolvente, cargada de simbolismo y belleza.
¿Y tú, estás dispuest@ a entrar en esta partida?








