TRON: Ares ya está en cartelera y los fans de la ciencia ficción y la estética digital futurista tienen una cita ineludible con este nuevo capítulo del universo Tron.

Jared Leto se pone el casco como Ares, un programa de IA que traspasa la frontera digital y aterriza en el mundo real, trayendo consigo una mezcla de amenaza y fascinación.

Después de años de espera y rumores, por fin podemos ver qué ha preparado Disney con esta tercera entrega que, sin renegar de su legado visual, apuesta por una narrativa más centrada en el impacto de la inteligencia artificial en la sociedad humana. El director Joachim Rønning consigue mantener el pulso a una historia que no deja de preguntarse qué significa ser humano en una era donde los programas informáticos tienen emociones… y cuerpo.

El reparto no se queda corto: Greta Lee, Evan Peters, Jodie Turner-Smith, Gillian Anderson y un pequeño (pero poderoso) regreso de Jeff Bridges como Kevin Flynn. Todos orbitando alrededor de un Jared Leto que se muestra en su salsa: intenso, ambiguo y visualmente magnético.

La estética sigue siendo marca de la casa: motos de luz, trajes iluminados, planos simétricos, y una banda sonora industrial a cargo de Nine Inch Nails que le da a la película un tono más oscuro, más maduro, pero igual de atrapante. Visualmente, sigue siendo una delicia para los que nos criamos con el «neón digital» de Tron: Legacy, pero con un giro más terrenal y humano.

Y ojo al dato: la película se proyecta en versiones 3D, IMAX y otros formatos especiales, lo que hace que merezca aún más la pena verla en pantalla grande.

TRON: Ares no es solo una secuela, es una declaración de intenciones: una franquicia que no teme evolucionar ni explorar nuevas capas de profundidad. Quizá algunos esperaban algo más rompedor en cuanto a trama, pero como experiencia cinematográfica, cumple con creces.

¿Te animas a entrar de nuevo al Grid? La puerta está abierta.