Netflix ha decidido cerrar el año con una de sus apuestas más audaces y densas: Innato , una serie española que se adentra en los rincones más inquietantes de la mente humana y en los fantasmas que nunca terminan de marcharse.
Estrenada este 23 de diciembre, la ficción nos entrega un thriller psicológico con todos los ingredientes necesarios para obsesionar al espectador desde el primer minuto.
La trama gira en torno a Sara, una psicóloga interpretada con gran solidez por Elena Anaya, que ha intentado enterrar el peso de una infancia marcada por el horror. Su padre, Félix Garay (Imanol Arias), fue conocido décadas atrás como el asesino del gasoil, uno de los criminales más despiadados de su tiempo. Cuando Félix es liberado tras más de 20 años de prisión, la aparición de nuevos crímenes que imitan su método reabre heridas que parecían cerradas… y despierta preguntas difíciles de contestar.
Con un tono contenido, casi quirúrgico, la serie no busca tanto el golpe de efecto fácil como la construcción de un clima emocional cargado de tensión, donde la protagonista se ve obligada a enfrentarse a una verdad incómoda: ¿Qué parte de aquello que uno es… viene marcado por su origen?
La producción de Plano a Plano Bilbao y Dynamic Television, bajo la creación de Fran Carballal y Enrique Lojo, construye un universo sobrio y tenso, donde cada gesto cuenta. Imanol Arias raporta una interpretación inquietante, contenido en su monstruosidad, lo que resulta mucho más perturbador. A su lado, un elenco de primer nivel donde brillan también Emma Suárez, Roberto Álamo, Aura Garrido o Teo Soler, entre otros.
Son ocho episodios que se suceden con ritmo controlado pero constante, dejando al espectador con la sensación de que está ante un thriller de los que ya no abundan: sin artificios, con una narrativa bien armada y una puesta en escena sobria que no resta fuerza al drama interno.
‘Innato’ no solo es un thriller, es una reflexión sobre la culpa, la herencia, la verdad que uno esconde incluso de sí mismo. Una serie que no se consume como un entretenimiento rápido, sino como una obra que exige atención y recompensa con profundidad.
Y tú, ¿te atreverías a mirar al pasado si crees que lo peor de ti pudiera venir de ahí?








