
Disney estrena el esperado live-action de Lilo & Stitch y rompe todos los récords al convertirse en un éxito de taquilla y crítica.
Amiges, agarraos fuerte a vuestros peluches de Stitch porque ¡ya está aquí! El remake en acción real de Lilo & Stitch se estrenó en los cines de España el pasado viernes y os juro que no estaba preparado para la cantidad de «feels» que me ha dado. Como fanático empedernido de Disney desde que tengo uso de razón, volver a ver esta historia en pantalla grande, pero en live action y con unos efectos que son pura fantasía, ha sido todo un acierto.
Dirigida por Dean Fleischer Camp, esta nueva versión respeta muchísimo el alma del clásico de 2002 —que, recordemos, nos enseñó que “ohana significa familia, y tu familia nunca te abandona”— pero con un lavado de cara visual que quita el hipo. Lilo sigue siendo esa niña adorablemente rarita que nos representa a todos los que éramos un poco outcasts en el cole, y Stitch… es que Stitch está hecho para que le quieras achuchar.
Y ojo al reparto, Maia Kealoha es Lilo y la niña se come la pantalla. Sydney Agudong hace de Nani, la hermana mayor que está en modo madre soltera millennial sobreviviendo como puede, y el mítico Chris Sanders vuelve a ponerle voz a nuestro alien favorito. Entre los secundarios, Zach Galifianakis como el Dr. Jumba y Billy Magnussen como Pleakley son un regalo.
El estreno ha sido un éxito en taquillas, solo en Estados Unidos, Lilo & Stitch ha recaudó aproximadamente 145.5 millones de dólares durante su primer fin de semana, con un total global de 341.7 millones de dólares y aquí en España ya había más de 80.000 entradas vendidas antes del estreno. Y yo fui una de esas personas, obviamente.
El live-action de Lilo & Stitch ha sido elogiado por su combinación de efectos visuales de alta calidad, un elenco carismático y una narrativa que respeta la esencia emocional de la historia original. Este éxito inicial sugiere que la película no solo ha revitalizado el interés por la franquicia, sino que también podría convertirse en uno de los remakes más exitosos de Disney.
Pero es que la fiebre Stitch no se ha quedado solo en los cines. Primark se ha venido arribísima y ha sacado una colección de más de 100 productos de Lilo & Stitch que estoy intentando no comprarme entera (spoiler: estoy perdiendo). Pandora también ha sacado joyitas monísimas y se han organizado proyecciones especiales para peques hospitalizados en Madrid y Barcelona. Disney sabe tocar la patata, qué le vamos a hacer.
La peli dura 1h 45m y es apta para todos los públicos —aunque a mí, a mis 26 años, me ha hecho llorar como si tuviera seis—. Y si no podéis ir al cine, que sepáis que para finales de agosto de 2025 la tendremos en Disney+ para maratonearla a gusto desde el sofá.
En resumen: Disney lo ha vuelto a hacer. Ha sabido respetar la esencia del original y darnos a los fans una nueva versión que emociona, entretiene y te deja con ganas de abrazar a todo el mundo.