
Marvel estrena en los cines de todo el mundo ‘Los Cuatro Fantásticos: Primero Pasos’, una propuesta retrofuturista firmada por Matt Shakman, que mezcla aventura, emoción y homenaje a los cómics originales.
Un nuevo inicio… Pero sin volver a empezar
Lo primero que sorprende es que aquí no hay un “origen”. No hay ningún accidente espacial ni ciencia descontrolada. El cuarteto ya existe, ya lucha unido, y la historia se lanza de lleno a una amenaza cósmica sin perder de vista lo esencial: el vínculo que les une.
Pedro Pascal, Vanessa Kirby, Joseph Quinn y Ebon Moss-Bachrach forman un reparto sólido, con química natural y carisma para dar y regalar. Mención especial para Sue Storm, que gana protagonismo y profundidad emocional. Su embarazo, lejos de ser un recurso dramático forzado, aporta una nueva dimensión.
Uno de los elementos que hace que esta película destaque es su inspiración en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby, la ambientación brilla por su cuidado diseño, efectos prácticos y guiños visuales a los años 60.
La dirección artística, el vestuario y los efectos prácticos especiales están diseñados con detalle y cariño. No es solo una decisión estética; es una forma de volver al espíritu original de estos personajes.
Un reparto de lujo
El reparto está perfectamente elegido. Pedro Pascal como Reed Richards aporta carisma y vulnerabilidad. Vanessa Kirby como Sue Storm se deslumbra con una interpretación más compleja y empática que en versiones anteriores. Joseph Quinn (Johnny Storm) y Ebon Moss-Bachrach (Ben Grimm) aportan el contrapunto entre humor y rabia..
La amenaza de Galactus y la aparición de Silver Surfer funcionan como motor narrativo, pero el verdadero combustible es la relación entre los protagonistas. Aquí no hay chistes forzados ni guiños superficiales. Hay humanidad, ternura, miedos y decisiones difíciles.
Dos escenas post créditos
Marvel sigue su tradición con dos escenas post-créditos, pero aquí se sienten especialmente importantes. La primera presenta a un personaje encapuchado que muchos ya han identificado como Victor Von Doom. La segunda, más entrañable, muestra una animación de Ben Grimm con su frase inmortal: “¡Es la hora de las tortas!”.
Ambas escenas no solo generan expectación, sino que consolidan el tono de la película: respeto por los clásicos y mirada al futuro.
Muchos también valoran el tono diferente, más pausado y menos grandilocuente, pero sin dejar de lado la espectacularidad. Se agradece una película de superhéroes que no grita, sino que conversa con el espectador.
¿Te atreves a dar los primeros pasos con esta nueva familia de Superheroes?