
Los secretos que ocultamos: El thriller danés que me tuvo pegada al sofá y que todos deberíamos ver.
El pasado 15 de mayo, Netflix estrenó Los secretos que ocultamos (Reservatet, en su título original) y, como buena amante de los thrillers nórdicos, no pude resistirme a darle play. Se trata de una miniserie danesa de seis episodios —perfecta para una maratón de fin de semana— que, bajo la apariencia de un drama policial, se mete de lleno en temas mucho más incómodos y actuales de lo que parece a simple vista.
La historia arranca con la desaparición de Ruby, una joven filipina (interpretada por Donna Levkovski), en un elegante y, por supuesto, muy blanco barrio al norte de Copenhague. De esos en los que todo es perfecto… hasta que empiezas a mirar debajo de la alfombra. Cecilie (Marie Bach Hansen), una de las vecinas, no puede evitar sentirse culpable tras un encuentro con Ruby la noche antes de que desapareciera, por lo que comienza a investigar por su cuenta.
A partir de ahí, se desata una trama de secretos familiares, hipocresías sociales y mucha fachada bien cuidada. Y sí, como madre, como mujer de 40 y como periodista, no pude evitar pensar en cuántos de estos micro infiernos habrá en cualquier parte del mundo, incluso en barrios que se venden como idílicos.
La serie, dirigida por Per Fly y creada por Ingeborg Topsøe, se mueve rápido, con episodios de apenas 30 a 40 minutos de esos que te hacen decir «uno más y me voy a dormir». Además, aborda temas que pocas veces se tratan de frente en este tipo de producciones: racismo, clasismo, abuso de poder y esas jerarquías silenciosas que todos aceptan sin cuestionar.
¿Lo mejor? Su atmósfera densa y su reparto impecable, con nombres como Danica Curcic, Simon Sears y Lars Ranthe. ¿Lo que podría mejorar? Algunos diálogos que se quedan un poco en la superficie y una resolución que, para mi gusto, llega demasiado pronto. Pero aun así, es de esas series que te dejan pensando más allá del último capítulo.
En redes sociales ya la han bautizado como una peli larga, y entiendo por qué. Se ve de una sentada y deja ese regusto agridulce que tienen las buenas historias de suspense con crítica social. Eso sí, aviso: contiene escenas y temas fuertes, no es para ver con niños cerca.
Por ahora, Netflix la ha presentado como una miniserie cerrada, sin planes de segunda temporada. Y aunque parte de mí quisiera más, creo que está bien así, como una bofetada seca que no necesita repetirse.
Si buscas una serie que, además de entretenerte, te haga cuestionar la aparente perfección de ciertos entornos, ‘Los secretos que ocultamos‘ es una cita obligada. Está disponible desde el 15 de mayo en Netflix, con subtítulos y audio en varios idiomas.
Y ya me diréis si no os dan ganas de mirar con otros ojos a vuestro propio vecindario.