
Max nos adentra en la vida de la ganadora de tres premios Óscar a través de un documental titulado ‘Elizabeth Taylor: Las cintas perdidas’.
Las cintas pérdidas de Liz, son unos archivos encontrados recientemente. Una entrevista con el periodista Richard Meryman de 1964, que dura más de 40 horas y donde la estrella de Hollywood muestra su lado más personal y vulnerable.
Las cintas pérdidas… Son un retrato revelador de la actriz, contado en primera persona y con sus propias palabras, que está dirigido por Nanette Burstein (‘Hillary‘ o ‘El chico que conquistó Hollywood‘) y que fue estrenado en el pasado Festival de Cannes.
Este documental ofrece al espectador conocer y redescubrir la historia de una de las mayores leyendas de Hollywood, pero también el lado más sincero de una mujer frágil, vulnerable y que hizo historia en una época marcada por el machismo y una industria llena de abusos
Taylor nació un 27 de febrero de 1932 en Londres, hija de un exitoso marchante de arte y una actriz retirada. A la edad de 9 años y con su familia viviendo en Los Ángeles, Liz grabó su primera película, There’s One Born Every Minute (1942), a los 12 años grabó ‘Fuego de juventud’, película que la catapultó a la fama y la hizo consagrarse como una super estrella de Hollywood filmando películas super importantes como ‘El padre de la novia’ (1950), ‘A Place in the Sun’ (1951), ‘Gigante‘ (1956), ‘Cat on a Hot Tin Roof’ (1958), ‘Suddenly, Last Summer’ (1959), ‘Butterfield 8‘ (1960), o su papel en ‘Cleopatra‘ (1963) o en ‘¿Quién teme a Virginia Woolf? (1996) por las cuales recibió una gran cantidad de premios y distinciones.
Liz era una persona Modesta, mordaz, encantadora, honesta, solidaria, pero con una vida sentimental un poco ajetreada, se casó 7 veces y tuvo 4 hijos, 2 biológicos y 2 adoptados. Durante sus diversos matrimonios, sufrió maltratos, abortos, conversión a otras religiones y una caída en la bebida que la llevo a estar ingresada en un centro de desintoxicación.
Liz era una persona que sentía que había fracasado en su vida personal y lo intentaba suplir volcandose y colaborando con causas relacionadas con África, el Sida y el colectivo LGTBIQ+. De hecho años después de su muerte su legado que costaba de vestidos, obras de artes, recuerdos de las películas en las que participó o multitud de joyas, que la actriz coleccionaba y por las que sentía verdadera fascinación, fueron subastadas con fines benéficos obteniendo un valor que superaron los 120 millones de dólares.
Taylor murió en marzo de 2011, a los 79 años de edad, a causa de la insuficiencia cardíaca congestiva que arrastraba desde hace años y entre grandes rumores de que padecía también Alzheimer.
Elizabeth Taylor: Las cintas perdidas, nos da acceso durante 1 hora y 40 minutos a un inédito archivo personal de la estrella del cine, que consta de fotos personales nunca antes vistas, películas caseras, entrevistas de archivo e imágenes de noticias, ilustradas con fragmentos de los personajes más emblemáticos a la que la actriz dio vida en su larga trayectoria profesional.
Te recomendamos y mucho, este apasionante viaje para descubrir el lado más íntimo y personal y el legado de una de las mayores estrellas de Hollywood. Elizabeth Taylor: Las cintas perdidas. Ya disponible en Max.