‘Mi año en Oxford’ llega a Netflix siendo una película para quienes creen en las casualidades que se convierten en destinos y que el amor es poesía cuando la vida te cambia para siempre .
Desde que vi el tráiler, supe que ‘Mi año en Oxford’ no era solo una película más. Netflix acaba de estrenar esta joyita, y confieso que me atrapó desde el primer plano de las torres de Oxford bajo la lluvia. Sofia Carson y Corey Mylchreest nos regalan una historia de esas que te hacen suspirar y pensar que, quizás, el amor verdadero aparece cuando menos lo esperas.
Un año en el que todo cambia
La protagonista, Anna, deja Estados Unidos con la ilusión de estudiar en la Universidad de Oxford, donde todo parece sacado de un cuento británico: las bibliotecas con olor a historia, los pupitres antiguos, las calles adoquinadas… Pero lo que no se imaginaba era que conocería a Jamie, su ayudante de clase, con quien empezará un vínculo que va más allá de lo académico.
Esta película —basada en la novela de Julia Whelan— es como una canción triste y bonita al mismo tiempo: sabes que te va a doler, pero también sabes que te va a dejar algo hermoso en el corazón.
No os voy a hacer spoiler, pero sí os diré que ‘Mi año en Oxford’ tiene un giro que te rompe un poquito por dentro. Jamie guarda un secreto que transforma su historia con Anna en algo tan frágil y valiente como un poema escrito a mano.
Lo que comienza como una comedia romántica con bromas y citas entre libros, acaba siendo una historia sobre decisiones difíciles, despedidas silenciosas y la importancia de vivir con intensidad, aunque solo sea por un ratito.
La química de los protagonistas… ¡Ay!
Sofia Carson está preciosa, sensible, fuerte. Me ha encantado verla en un papel más maduro, con esa mezcla de vulnerabilidad y coraje que hace que te identifiques con ella. Corey Mylchreest, al que vimos en ‘La reina Carlota’, está más encantador que nunca: irónico, dulce y con esa mirada triste que te hace querer abrazarlo.
Y qué decir de los secundarios, que le dan un toque de humor y realismo. Pero sobre todo, lo que más me ha gustado es que Oxford es un personaje más en la historia. Esos paisajes, los puentes, los jardines… Todo respira melancolía.
Una recomendación sincera
‘Mi año en Oxford’ no es perfecta, pero sí es sincera. A veces se nota que quiere emocionar más de lo que logra, pero si tú, como yo, te dejas llevar por las pequeñas cosas —una canción, una frase bonita, un paseo bajo la lluvia—, esta película te va a llegar al alma.
‘Mi año en Oxford’ ya esta disponible en Netflix y yo estoy deseando que me contéis si os emociono igual que a mi.








