‘ENA’: el retrato de una reina que nunca pidió serlo, pero cambió la Historia, llega a RTVE.
Hay historias que, pese al tiempo transcurrido, siguen resonando con una fuerza inusitada. RTVE nos ofrece una de ellas con ‘ENA’, su nueva gran producción histórica, que llega como un fresco ambicioso y profundamente humano sobre Victoria Eugenia de Battenberg, la reina consorte de Alfonso XIII. Pero lo importante no es que fuera reina, sino que fue una mujer adelantada a su tiempo, que se atrevió a ser libre donde se esperaba sumisión, que eligió resistir donde todo indicaba que debía rendirse.
Ena —como se la conoció íntimamente— jamás soñó con ser reina de España. Era británica, moderna, fumaba, hablaba varios idiomas y vestía pantalón en un mundo que sólo le permitía faldas y silencio. Abandonó su religión, su patria y su identidad para casarse con un rey que la amó, sí, pero que también la traicionó con la misma intensidad.
Esta serie, basada en la novela de Pilar Eyre y con Javier Olivares como creador, es una obra valiente: no idealiza ni a sus personajes ni a su época. Nos muestra una mujer que, desde su primer día en España, supo que no sería bienvenida. Una extranjera, sospechosa por sus costumbres, su genética y su independencia. Y, aún así, ejerció de reina con una dignidad que muchos hombres de su entorno ni siquiera supieron imitar.
Ena no solo convivió con la decepción del matrimonio y la carga política de la monarquía, sino con el dolor íntimo de ser portadora de una enfermedad genética que marcó el futuro de su descendencia. Mientras su esposo vivía romances y juegos de poder, ella reconstruía la Cruz Roja y se volcaba en la salud del pueblo. Silenciosa, pero firme. Discreta, pero esencial.
‘ENA’ no es un cuento de princesas. Es la historia de una mujer que luchó por encontrar su lugar en un país que le dio la espalda. Que crió a sus hijos mientras estallaban guerras y se derrumbaban imperios. Que acompañó desde las sombras la formación del futuro rey Juan Carlos.
Kimberly Tell interpreta con elegancia y sensibilidad a esta reina compleja. Joan Amargós le da vida a un Alfonso XIII encantador y volátil, y Elvira Mínguez se convierte en una imponente María Cristina, esa suegra férrea que nunca vio con buenos ojos a su nuera.
La dirección recae íntegramente en manos femeninas, con Anaïs Pareto y Estel Díaz al frente, y se nota. Hay una mirada diferente, una forma de contar sin grandilocuencias, con foco en las emociones y la verdad de los personajes.
Rodada en escenarios reales como el Palacio Real de Madrid o el de la Magdalena en Santander, la serie es una apuesta visual y narrativa que nos traslada a la primera mitad del siglo XX con una veracidad pocas veces vista en la televisión pública.
‘ENA’ es, en definitiva, el retrato de una mujer a la que se le negó casi todo, salvo su capacidad de resistir. Y eso, en los tiempos que corren, es un espejo poderoso donde muchos aún nos podemos mirar.
¿Estás list@ para descubrir a la reina que se negó a desaparecer?








